Contenidos
- El terreno I y sus características
- ¿Qué es el terreno I intoxicado?
- ¿Qué nos intoxica?
- ¿Cuáles son estos mecanismos de detoxificación?
- ¿Cómo saber si tu terreno I está desequilibrado? – Haz el mini-test
- ¿Y los mecanismos de eliminación?
- ¿Qué síntomas y trastornos presenta un terreno I saturado?
- ¿Cómo evitar el desequilibrio del terreno I?
- Interacciones con el resto de los terrenos chanbio
- Cómo te puede ayudar el Test Bionutricional Iomet en el terreno I
- Bibliografía
El terreno I y sus características
En nutrición biológica, con frecuencia trabajamos sobre los terrenos. Para saber qué son exactamente los 7 terrenos chanbio de la nutrición ortomolecular, te aconsejo que leas este artículo donde te lo explico en detalle.
En este post concretamente vamos a ver en profundidad qué es el terreno I o intoxicado, el sexto de estos 7 terrenos y cómo distinguir las características y síntomas que se presentan cuando está desequilibrado así como su relación con el resto de los terrenos.
¿Qué es el terreno I intoxicado?
Este terreno se relaciona con la acumulación de toxinas en el organismo debido a una sobre-exposición así como a una ineficaz función en los sistemas de eliminación.
En la actualidad nos encontramos expuestos constantemente a diversas fuentes de factores tóxicos, desde la alimentación hasta el aire mismo. Un estilo de vida descuidado, estresante, con una dieta mal planteada y una sobrecarga tóxica que puede ir desde un exceso de fármacos a un estilo de vida en una gran ciudad contaminada, acabará por pasar factura.
Nuestro organismo posee mecanismos detoxificantes muy eficaces y potentes, pero cuando éstos se sobrecargan, estas funciones comienzan a hacerse de forma incipiente dando lugar al desarrollo de diversos trastornos, que a medio plazo acabarán por enfermarnos de forma crónica.
¿Qué nos intoxica?
Evidentemente una exposición prolongada y la acumulación de factores determinados, desequilibran este terreno así como un ineficaz funcionamiento de los sistemas de limpieza (debido a la saturación.)
Podemos distinguir dos tipos:
- Tóxicos: ambientales como el aire, restos de pesticidas, agua contaminada, radiaciones, medicamentos, drogas, etc. Son los llamados factores exógenos y pueden ser tanto de origen natural como sintético.
- Toxinas: producidas por nuestro organismo (desechos metabólicos producidos por las células). Son los que se conocen como factores endógenos.
Es principalmente la acumulación de toxinas (endógenas) a causa de la sobrecarga en los sistemas de eliminación las que nos causarán más problemas.
Algunos de estos factores endógenos se producen por causas exógenas como por ejemplo la dieta: exceso de azúcares refinados, grasas saturas, alimentos que acidifican, exceso de productos lácteos y cárnicos.
Otra importante causa de la acumulación de toxinas se relaciona con un desequilibrio del terreno B y su relación con el mal estado de la flora que propiciará el crecimiento bacteriano patógeno, de parásitos, levaduras y bacterias que alimentarán la flora putrefactiva. Algunas de las sustancias tóxicas producidas en el colon por desequilibrio de este terreno son la cadaverina, los fenoles y la putrescina.
Los factores exógenos o tóxicos, también llamados “xenobióticos” incluyen:
- Sustancias naturales que sean nocivas para la salud.
- Fármacos (cuando se toman en exceso y por tiempo prolongado) y drogas, alcohol y tabaco.
- Pesticidas, plaguicidas, alimentos transgénicos, irradiados, metales pesados, aditivos alimentarios.
- Contaminantes presentes en el aire y el agua (microplásticos), humos de los coches, fábricas, etc.
- Radiaciones de aparatos eléctricos como ordenadores, móviles, TV, antenas, wifi, etc.
- Algunos métodos de cocción y conservación de los alimentos favorecen la carga tóxica en nuestro organismo.
Muchos de estos factores contaminantes se los conoce también como “disruptores endocrinos” por su influencia en sistema hormonal.
Con el tiempo toda esta carga acaba saturando nuestro organismo, impidiéndole una eficaz detoxificación con el consiguiente riesgo de desarrollar diversos trastornos a medio plazo.
¿Cuáles son estos mecanismos de detoxificación?
Nuestro organismo detoxifica principalmente a través del hígado. Una glándula-órgano con vital importancia para un buen estado de salud, pues absolutamente todo lo que entra en nuestro cuerpo es filtrado por el hígado.
Si quieres saber más acerca de la detoxificación hepática y sus procesos, lee el siguiente post.
A través del hígado detoxificamos nuestro cuerpo de todos los excesos, para lo cual se activarán dos fases implicadas en este proceso que son fundamentales:
Fase I y Fase II en donde cada una cumple una función específica en esta misión.
En la primera las toxinas almacenadas (que en esta fase son liposolubles) se solubilizan por acción enzimática, permitiendo generar así los diferentes residuos oxidados a un estado medio que pasarán a la segunda fase. Es en esta fase donde se produce la verdadera “detox”, siendo la primera de “activación enzimática”. Tras este paso, es donde nuestro organismo comienza a deshacerse de toda la carga tóxica acumulada.
En cada fase se activarán diversas cantidades de nutrientes y sustancias que son imprescindibles para que este proceso sea eficaz y en algunas ocasiones, éstos deberán ser introducidos desde el exterior en forma de suplementos específicos. Estas no son otras que: vitaminas, minerales, oligoelementos, antioxidantes.
¿Cómo saber si tu terreno I está desequilibrado? – Haz el mini-test
¿Y los mecanismos de eliminación?
Tras la activación de la fase I y la puesta en marcha de la fase II, nuestro organismo debe deshacerse de toda la carga tóxica. Para ello cuenta con sistemas de eliminación que se ven implicados en el terreno I en desequilibrio:
- Intestino: elimina toxinas insolubles en agua a través de las vías biliares.
- Riñones: eliminan tóxicos no disueltos a través de la sangre.
- Pulmones: eliminan residuos en su forma gaseosa y/o sólida (por ej. mucosidad).
- Piel: elimina a través del sudor y la grasa.
¿Qué síntomas y trastornos presenta un terreno I saturado?
Algunos de los síntomas y trastornos que se observan son:
- Endocrinos: SPM (síndrome premenstrual), problemas de fertilidad, de tiroides, líbido.
- Neurológicos: depresión, ansiedad, irritabilidad, pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse, mareos, fatiga nerviosa y muscular.
- Hepáticos: indigestión, mal aliento, náuseas, pesadez estomacal, palidez, hinchazón, acné.
Es muy importante tener en cuenta que es imprescindible realizar pequeños gestos detoxificantes al menos una vez al año si queremos evitar desarrollar en el futuro, enfermedades de carácter crónico o de difícil solución.
Evitar sobrecargar nuestros sistemas de limpieza, es esencial, puesto que nuestro organismo si es bien tratado podrá realizar la reparación celular de forma eficaz y frenar el desarrollo de problemas mayores de salud más adelante.
¿Cómo evitar el desequilibrio del terreno I?
Lo primero es ser consciente de que nuestro organismo sí acumula sustancias tóxicas, y que si no cuidamos nuestro estilo de vida y dieta, los sistemas que se encargan de la limpieza, si se saturan no podrán hacer bien su trabajo.
Para evitar llegar a este punto, es necesario:
- Llevar una dieta equilibrada y “limpia”. Esto no significa no disfrutar de la comida, pero hacerlo con equilibrio y consciencia, siempre compensando.
- Ayudarse con suplementos que activen los sistemas de depuración: hepático, renal, intestinal, etc.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Descansar lo suficiente y controlar el estrés.
- Fortalecer el organismo para evitar enfermar menos y por tanto tener que tomar menos medicamentos.
- Evitar y/o reducir en la medida de lo posible, disruptores endocrinos y todo tipo de contaminante (toxinas y tóxicos).
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Interacciones con el resto de los terrenos chanbio
Con el terreno C: una buena parte de las toxinas se acumulan en el tejido adiposo, por esta razón cuando se comienza una dieta de pérdida de peso, realizar antes una detox profunda es esencial. Por otra parte una carencia de ácidos grasos es promotor de un aumento de peso. No se puede atender un terreno I sin hacerlo al mismo tiempo al terreno C.
Con el terreno H: el hígado es tan protagonista de eliminar toxinas como de procesar los carbohidratos en forma de glucógeno, por tanto una buena salud hepática tiene relación con la forma en que gestionamos los azúcares. Ej. desarrollo de diabetes tipo II, obesidad, etc.
Con el terreno A: un exceso de acidificación acaba a largo plazo saturando los sistemas de limpieza. Una alimentación ácida fomenta el desequilibrio del terreno I.
Con el terreno N: algunas proteínas con efecto opioide tienen una fuerte influencia en la salud neurológica, es el caso de gluten y la caseína cuando existen claras intolerancias a ellas (acumulación de estas moléculas en el organismo).
Con el terreno B: la alteración de la mucosa en este terreno propiciará el paso de todo tipo de toxinas a la sangre. Cuando este terreno se halla desequilibrado, con frecuencia el terreno I también presentará saturación.
Con el terreno O: la fase I de detox hepática produce residuos oxidados que favorecen el desequilibrio del terreno O. Y a su vez un terreno O en mal estado no podrá hacer frente a los tóxicos derivados de la fase I del terreno I, lo que dará lugar a un proceso detox ineficaz y mal realizado.
Cómo te puede ayudar el Test Bionutricional Iomet en el terreno I
A través de un cuestionario muy especializado y del análisis de tu estilo de vida, patologías y hábitos alimentarios podremos determinar con una precisión del 100% cuál o cuáles son los terrenos que presentan deficiencias o excesos y que pueden ser la causa principal de todos esos malestares que llevas acumulando desde hace tiempo sin respuestas claras.
Hay ocasiones en donde encontramos que tenemos más de un terreno en desequilibrio, ya sea por déficits o por excesos.
En cualquiera de estos casos se debe intervenir con un plan dietético adaptado y un tratamiento con la suplementación más adecuada a cada síntoma y terreno. El tratamiento de los terrenos es de 3 meses, aunque los beneficios siempre comienzan a estar presentes desde la primera semana.
Siendo las mejoras notables en prácticamente todo el organismo y traduciéndose en un aumento del bienestar general y por tanto en una mejora de nuestra de salud.
Uno de los beneficios más destacables de tratar los terrenos en desequilibrio es el de prevenir el desarrollo de futuras enfermedades, puesto que con el tratamiento adecuado devolvemos el equilibrio a nuestro organismo desordenado y alterado.
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Bibliografía
Entender la nutrición celular activa, Dr. Claude Lagarde