Aunque en la actualidad abunda la información acerca de las intolerancias alimentarias en general, la intolerancia a la lactosa en muchos casos queda como última posibilidad de origen de una extensa lista de síntomas que no se asocian con ésta.
Este tipo de intolerancia puede tardar tiempo en manifestarse, pero si existe acabará por hacerlo y los síntomas con que da la alarma suelen ser muy claros y casi nunca relacionados con este problema.
Tipos de intolerancia a la lactosa
Tipos de intolerancia a la lactosa
Se trata de un tipo de intolerancia que puede darse desde el nacimiento o desarrollarse al cabo del tiempo por diferentes causas (déficit de lactasa sobre todo en la edad adulta).Otra razón bastante común suelen problemas intestinales de malabsorción (en el celiaquismo por ejemplo) o bien por defecto congénito (una de las más escasas).
Molécula de lactasa
En cualquiera de estos casos, estas condiciones harán que se deje de producir “lactasa” la molécula encargada de romper la lactosa para poder digerirla. Las tendencias actuales de modas nutricionales (tomar alimentos sin lactosa porque sí) incitan a la llamada “intolerancia a la lactosa auto-inducida”. Algo que se está dando de forma bastante común hoy en día.
Síntomas de intolerancia a la lactosa
La sintomatología de intolerancia a la lactosa se presenta casi siempre, con las siguientes molestias, en mayor o menor medida.
Dolor abdominal
Molestias intestinales, gases, hinchazón
Diarrea crónica
Dolores de cabeza y/o migrañas
Erupciones en la piel
Dolor en las articulaciones
Falta de vitalidad, cansancio, fatiga, desgano
Agravación de las enfermedades respiratorias como el asma
Malnutrición y deficiencias nutricionales
Náuseas, vómitos (aunque no siempre se dan en todos los casos)
Todos estos síntomas, son muy comunes en una intolerancia a la lactosa, y normalmente no suelen relacionarse con este problema. Varios o todos los síntomas pueden presentarse a la vez, inmediatamente después de haber ingerido un alimento que contenga lactosa o al cabo de un rato.
Mientras mayor es el grado de intolerancia, mayores serán las molestias ocasionadas por los síntomas, durarán más tiempo y el malestar general será cada vez más intenso.
Detectando la intolerancia a la lactosa
Si bien existen pruebas de laboratorio muy fiables para realizar el diagnóstico certero de la intolerancia a la lactosa, se puede en un primer momento realizar una prueba por “descarte”.
Si se sospecha claramente que puede existir la intolerancia, se deberá dejar de tomar al menos durante tres semanas todos los alimentos que contengan o sean sospechosos de llevar lactosa. Esta pequeña prueba requiere ante todo, mucha disciplina y no saltarse nunca ni un solo día si realmente hay interés en comprobar si existe o no la intolerancia.
Es recomendable realizarla cuando tras comprobar la lista de síntomas, se pueda pensar que se trate de una intolerancia a la lactosa.
Qué alimentos deberíamos eliminar para realizar la prueba de descarte
Leche de origen animal (vaca, cabra, oveja), líquida o en polvo
Yogures y postres lácteos
Mantequilla y margarina
Nata
Helados
Quesos de todo tipo
Chocolate con leche
Zumos y batidos industriales
Cereales, bollería que pueda ser susceptible de contener lactosa
Golosinas, embutidos que contengan lactosa
Todo tipo de alimento industrializado que pudiera contenerla, para lo cual se deberá leer atentamente todas las etiquetas
Semáforo alimentario para intolerantes a la lactosa
Semáforo alimentario para intolerantes a la lactosa
Durante tres semanas completas se deberá llevar una dieta libre de lactosa completamente, suspendiendo la toma de todos los alimentos mencionados, sin excepción.
Es recomendable anotar en un diario o cuaderno el día de comienzo así como los síntomas que se tengan en ese momento y llevar un registro periódico de esas tres semanas. Al finalizar se debería observar si los síntomas continúan, han disminuido o incluso desaparecido. Lo importante es llevar un registro adecuado cada día mientras dure la prueba.
Si notamos alguna mejoría o una considerable reducción de la sintomatología, podremos considerar seriamente que sí existe una clara intolerancia a la lactosa, con lo cual deberíamos acudir a la consulta de un profesional y solicitar asesoramiento para llevar una dieta equilibrada y aprender con qué alimentos podemos sustituir todos aquellos que hemos quitado de nuestra dieta habitual.
Ten en cuenta que hoy en día existen muchas opciones saludables (por ejemplo alimentossin lactosa o deslactosados) para llevar una dieta sin lactosa que no convelle deficiencias ni carencias nutricionales así como restaurantes que ofrecen menús completos para personas con intolerancias alimentarias.
Si quieres saber más acerca de las intolerancias alimentarias y como se manifiestan en nuestro organismo o cómo nos afectan a la salud, no te pierdas este post sobre las intolerancias alimentarias.
Y si quieres saber más acerca de la intolerancia a la lactosa, puedes pinchar aquí.
Aproximadamente el 60% de la población sufre de algún tipo de intolerancia alimentaria en algún momento de su vida, en mayor o menor grado. Las intolerancias alimentarias, suelen ir desarrollándose con el tiempo y con la exposición constante de nuestro sistema digestivo a los alimentos intolerantes.
Es importante destacar que una intolerancia alimentaria no es lo mismo que una alergia alimentaria. Ambos procesos están mediados por mecanismos diferentes. Por un lado las intolerancias alimentarias son de origen enzimático (metabólico) y en ellas intervienen las IgG.
Vienen dadas por una reacción tardía, en la cual el alimento intolerante manifestará sus síntomas al cabo de un tiempo (por ej. horas o incluso días después de haber ingerido el alimento en cuestión).
Las intolerancias alimentarias (cuando no son de origen genético) se deben a la escasa producción enzimática que forma parte de los procesos de digestión y si al cabo del tiempo ésta no es adecuadamente tratada, acabará por ir en aumento y manifestará síntomas variados y molestos.
Las alergias alimentarias por su parte sí son una respuesta inmunitaria, en donde intervienen las IgE. Inmoglobulinas encargadas de la respuesta inmediata frente a un alérgeno. En este caso los síntomas se presentan inmediatamente tras la ingesta del alimento.
Es muy común conocer si somos alérgicos a algún alimento concreto por el peligro mortal que puede suponer para nuestra vida, no obstante solemos desconocer en gran medida si tenemos intolerancias alimentarias y a qué alimentos.
Las intolerancias alimentarias por esta razón pueden pasar desapercibidas durante años, generando en el organismo un cúmulo de toxinas que acabará por traernos y/o agravarnos otros problemas de salud.
Casi nunca sospechamos que tengamos intolerancia a un alimento, pero poner atención a nuestro organismo puede ser un buen recurso si se creemos que tenemos algunas.
La hipersensibilidad alimentaria (también conocida por este término) es acumulativa en el tiempo, lo que significa que los síntomas que desarrollemos por esta causa se agravarán así como los períodos de recuperación serán más largos.
Intolerancias alimentarias de origen genético
Casi todas las intolerancias alimentarias son tratables y reversibles excepto unas pocas que son de origen genético, entre las que se encuentran:
Intolerancia al gluten
Celiaquismo: puesto que esta intolerancia está producida por una causa fisiológica no corregible (atrofia de las vellosidades intestinales). La intolerancia al gluten causa serios problemas de salud, que han de ser tratados para recuperar la vitalidad y equilibrar el estado nutricional de la persona que la padece.
Intolerancia a la lactosa
Que aunque normalmente puede tratarse puntualmente con la toma de lactasa antes de la ingesta de un alimento que contenga lactosa, no suele remitir puesto que se trata de una molécula que dejamos de producir en la edad adulta o producimos en cantidades mucho menores. Puede ser auto-inducida (por dejar de tomar alimentos con lactosa) o de origen genético.
Intolerancia hereditaria a la fructuosa
Donde la enzima aldolasa B no es producida eficientemente y por tanto no se puede degradar la fructosa en hígado, intestino y riñones. Se trata de una intolerancia hereditaria como las otras dos, y con una incidencia en la población muy baja puesto que es poco común.
El resto de intolerancias son tratables, y los tratamientos constan básicamente en retirar el alimento intolerante durante un tiempo determinado (que será variable en cada persona según el grado de intolerancia que tenga a los alimentos).
Es muy importante saber que existen diferentes grados de intolerancia a cada alimento y que éstos varían de persona a persona, lo que implica que para cada una el tiempo de reintroducción de esos alimentos serán también distintos.
Otros factores que intervienen en el desarrollo de las intolerancias alimentarias
La principal causa del desarrollo de las intolerancias alimentarias no es otro que el déficit enzimático. ¿Pero a qué se debe que tengamos este déficit en la producción de enzimas digestivas?
La baja producción de enzimas digestivas se debe a varios factores:
Estrés prolongado y sin control puesto que acaba por afectar al sistema digestivo y la eficacia de sus funciones favoreciendo la aparición del síndrome del intestino permeable (desequilibrio de la microbiota)
Llevar constantemente una alimentación incorrecta: desordenada, muy poco variada, con alta ingesta de alimentos industrializados, alimentos tóxicos (aditivos), poco saludables, etc.
El exceso de fármacos (tratamientos prolongados, agresivos, etc.)
Incorrecto proceso de eliminación: tanto los cuadros crónicos de diarrea como de estreñimiento acaban interfiriendo en la correcta producción de enzimas digestivas. Al no realizar los procesos de eliminación adecuadamente estas toxinas que se acumulan en los intestinos acabarán afectando a nuestra producción enzimática.
Los altos niveles de toxinas en nuestro organismo: ya sea por la mala alimentación, la toma prolongada de fármacos o el estrés que también contribuyen a una escasa e incorrecta producción enzimática que normalmente deriva en un buen número de intolerancias alimentarias
Los déficits nutricionales como la deficiencia de vitaminas, minerales, aminoácidos y el desequilibrio ácido-base también son causas considerables en el desarrollo de las intolerancias alimentarias
Síntomas más comunes que producen las intolerancias alimentarias
Las intolerancias alimentarias presentan una lista de síntomas comunes que casi nunca se relacionan con éstas. No obstante prácticamente en un 70% de los casos, estos síntomas comienzan a desaparecer gradualmente y al cabo de los meses podremos comprobar una mejoría notable a nivel general.
Síntomas de las intolerancias alimentarias:
Digestiones lentas, pesadas, dolor abdominal e hinchazón
Flatulencias, gases, repetir una comida constantemente tras su ingesta
Náuseas y en ocasiones vómitos
Dolores de cabeza y migrañas (escasamente se pueden relacionar los mareos y/o vértigos aunque en algunas ocasiones sí se presentan estos síntomas)
Nerviosismo, ansiedad, en ocasiones estados de desánimo constantes
Dolores en articulaciones, musculares, artritis
Mala calidad del sueño, con dificultad para dormir (sobre todo si se han cenado alimentos que causan intolerancias)
Períodos de diarrea alternados con estreñimiento
Sarpullidos en la piel, eccema, agravación de la piel seca y escamosa, dermatitis, picores
Falta de energía, vitalidad, desgano, cansancio y fatiga
Dificultad para concentrarnos, falta de atención e interés (apatía)
Agravamiento de las alergias respiratorias: asma, rinitis, etc.
Agravamiento de algunas patologías crónicas como: la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, candidiasis intestinal crónica
Agravamiento de síndromes intestinales: colon irritable, Crohn, colitis, celiaquismo, etc.
Dificultad para perder peso y/o ganancia de peso
Retención de líquidos y celulitis
Mal aliento que no desaparece con el lavado diario
Lengua pastosa, blanquecina
Ardores estomacales, gastritis, agravación de úlceras, acidez
Interfiere en la correcta producción y aprovechamiento de los nutrientes (desnutrición celular)
Diagnóstico y tratamiento de las intolerancias alimentarias
Existen diversos métodos basados en test para la detección de las intolerancias alimentarias que se clasifican por grupos de alimentos y cuyo nivel de intolerancia se muestra en diferentes grados.
Podemos contar con test por biorresonancia, basados en la electro- acupuntura china, donde a través de la medición del meridiano del intestino grueso se analizan la forma en que se producen los mecanismos de desechos dando como resultado a qué alimentos se es intolerante.
Otro método es el análisis o test de intolerancia alimentaria por sangre e incluso algunos test que se podrán realizar a partir de un análisis de la saliva. Por regla general prácticamente todos estos métodos analizan más o menos la misma cantidad de grupos de alimentos y arrojan todos ellos resultados altamente fiables.
En un test de intolerancias alimentarias podemos encontrarnos por ej. con resultados como estos:
Ejemplo del resultado de un test de intolerancias alimentarias
Los alimentos en amarillos nos advierten de una intolerancia baja, los de color naranja un nivel de intolerancia media-alta, y los rojos intolerancias altas.
Cómo se retiran los alimentos intolerantes de la dieta
Por lo general, deberemos suspender de nuestra alimentación diaria todos los alimentos (tantos los que nos den como resultado una intolerancia baja, media y alta) para poder conseguir una mejoría completa.
Este proceso se debe realizar poco a poco, retirando inicialmente aquellos alimentos con una mayor intolerancia seguidos de los de una intolerancia media y por último los de baja intolerancia y se hará una retirada total de 3 a 6 meses mínimo.
Los alimentos con un nivel de intolerancia alto son lógicamente los que más tardarán en volver a nuestros platos, puesto que el proceso de mejora será un poco más largo. Al cabo de los meses para saber si nuestras intolerancias han bajado lo mejor será ir introduciéndolos poco a poco.
Cómo reintroducir los alimentos intolerantes para saber si podemos volver a comerlos
Se introducirán primero los que menor intolerancia nos causaban seguidos de los de intolerancia media y finalizando con los de intolerancia alta. Este proceso como sucede en la retirada, será gradual en su reincorporación, observando cómo reaccionamos ante su ingesta.
Si vemos que un antiguo síntoma se presenta nuevamente de seguro es porque aún no hemos eliminado el efecto tóxico del alimento en nuestro organismo y deberemos esperar un poco más.
Pero si lo toleramos bien estaremos ante una clara recuperación y podremos volver a incorporarlo sin problema. En ciertas ocasiones según el estado nutricional de la persona será necesario la toma de algunos suplementos específicos tales como: enzimas digestivas, complejos depurativos, o suplementos que ayuden a restaurar la salud intestinal y digestiva (como aminoácidos, probióticos y ácidos grasos).
Se recomienda que tras un año y medio aproximadamente, el test se repita para una mejor comprobación de los resultados (antes de incorporar los alimentos retirados). La mayoría de personas prefieren realizar la incorporación de alimentos sin realizar este segundo test de comprobación, esto no supone ningún problema, pero si las intolerancias eran en su mayoría de un nivel alto y además en un buen número de alimentos sí es recomendable.
Beneficios de tratar las intolerancias alimentarias
Obtendremos como resultado una notable mejoría de nuestro estado general de salud, con la desaparición de una extensa lista de síntomas y una mejora de todo nuestro sistema digestivo.
En el proceso de desintoxicación podremos beneficiarnos además de la pérdida de algunos kilos demás que no conseguíamos bajar con dietas hipocalóricas o estrictas.
Nos sentiremos más despejados, con un nivel de energía vital más elevado y con mucho mejor humor gracias a que todo nuestro proceso digestivo habrá mejorado considerablemente.
El Terreno B- Basocolítico está íntimamente relacionado con el desarrollo de las intolerancias alimentarias
Si crees que tienes o puedes tener intolerancias a ciertos alimentos, en este blog ofrezco en el apartado cuestionarios de auto-diagnóstico orientativo una herramienta especializada que podrá darte pistas acerca de tus posibles intolerancias alimentarias.
No obstante siempre recomiendo que si el resultado es positivo, acudas a una consulta personal donde podremos solicitar realizar un test completo para confirmarlo y establecer tu tratamiento personalizado.
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