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Reforzar la inmunidad: fortaleciendo nuestras defensas naturales

Reforzar el sistema inmune, es sencillo si seguimos una serie de buenos hábitos alimentarios acompañados por suplementos específicos y un buen estilo de vida.

Es el principal encargado para que nuestro organismo pueda hacer frente a todo tipo de infecciones, virus y bacterias ya sean de origen endógeno o exógeno.

Estando en equilibrio, nos enfermaremos con menor frecuencia y de hacerlo acabaremos con los intrusos de nuestro organismo más rápidamente.

Hoy conocemos mejor la función de la glándula timo (donde maduran los linfocitos T) en el sistema inmunológico. Esta glándula es de vital importancia para mantenerlo fuerte.

Por eso el buen humor, es uno de los factores más importantes para mantenernos sanos, pues esta glándula es capaz de cambiar su tamaño (reduciéndolo) cuando estamos estresados o tristes y agrandándolo cuando estamos felices, lo cual tiene una importante influencia en su funcionamiento y su implicación en el sistema inmune.

En la actualidad la psiconeuroinmunología es la ciencia que aglutina varias disciplinas encargadas de estudiar las interrelaciones entre mente-cuerpo e incluye ciencias de diferentes campos como la inmunología.

La historia de como nace esta ciencia es muy interesante, puesto que pretende estudiar cómo los estímulos externos de todo tipo (desde las emociones hasta el estrés) influyen en la eficiencia y eficacia de la respuesta inmune.


El sistema inmunológico

Los dos tipos de sistema inmunológico que se activan en nuestro organismo según las circunstancias

Sistema inmunológico innato: reacciona frente al daño en células, tejidos, microorganismos y lesiones y se identifican por receptores de reconocimiento de patrones. Carece de memoria y está presente en la mayoría de formas de vida.

Es el tipo de sistema inmune que se manifiesta ante un agente extraño (respuesta no específica) con fiebre, inflamación y el sistema del complemento que consiste en atacar las células invasoras con proteínas específicas. Se compone de leucocitos o glóbulos blancos que incluyen: macrófagos, neutrófilos y células dendríticas.

Sistema inmunológico adaptativo: encargado de reconocer patógenos específicos y con entrenamiento (tiempo y repetición) desarrollar lo que conocemos como inmunidad adquirida. El sistema inmune reconoce esos elementos y procede a eliminarlos.

También se compone de leucocitos o glóbulos blancos que fabrican las células madres hematopoyéticas, formadas en la médula ósea y el sistema linfático y se componen de:

Anticuerpos o inmoglobulinas, linfocitos B (producen los anticuerpos y nacen en la médula ósea) y linfocitos T (atacan elementos patógenos desde el interior y nacen en la glándula timo).


Características del sistema inmunológico
Sistema inmunitario innato Sistema inmunitario adquirido
La respuesta no es específica Respuesta específica contra patógenos y antígenos
La exposición conduce a la respuesta máxima inmediata Demora entre la exposición y la respuesta máxima
Inmunidad mediada por células y componentes humorales Inmunidad mediada por células y componentes humorales
Sin memoria inmunológica La exposición conduce a la memoria inmunológica
Presente en casi todas las formas de vida Presente solo en vertebrados mandibulados
Fuente: wikipedia/sistema inmunitario

Tipos de respuestas inmunológicas

  • Celulares: atacan virus y bacterias evitando la formación de células cancerosas (proceso donde participan los linfocitos T)
  • Humoral: no atacan directamente virus ni bacterias porque necesitan de los anticuerpos para combatirlos, en este proceso intervienen los linfocitos B

La autoinmunidad es la respuesta de nuestro sistema inmunológico cuando no distingue las células sanas de las perjudiciales y se ataca a sí mismo.

Existe una larga lista de enfermedades autoinmunes entre las que podemos mencionar:

Hipotiroidismo de Hashimoto, lupus, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, alergias, colitis ulcerosa, las inmunodeficiencias (primarias o congénitas y secundarias o adquiridas) que son las que predisponen mayoritariamente a las personas a contraer infecciones con frecuencia y facilidad y también las que mayor prevalencia de cáncer presentan, la diabetes tipo I, psoriasis y las enfermedades del sistema inmunológico.

Debemos tener bien claro que el sistema inmunológico tiene un papel vital en el estado, calidad y mantenimiento de nuestra salud.

Mientras más fuerte sea, mejor haremos frente a cualquier ataque, y estaremos reduciendo las posibilidades de desarrollar enfermedades que lo afecten o puedan despertar patologías graves.


Dieta para estar sanos

Una dieta variada y equilibrada es la primera medida para un sistema inmunológico fuerte y sano.

El estrés, los tóxicos medioambientales, los efectos secundarios de algunos fármacos, y la mala alimentación y vida sedentaria y malos hábitos de vida (dormir poco y mal, alcohol, drogas, etc.) son todas papeletas para tener un sistema inmune débil y enfermizo.

Algunos estados patológicos como la depresión perjudican seriamente el equilibrio del sistema inmune debilitándolo profundamente.

Sabiendo esto, deberíamos ser capaces de gestionar suficientemente bien el estrés y llevar un estilo de vida saludable para poder estar siempre fuertes.

Un “estilo de vida saludable” no sólo es lo que se come y hacer ejercicio, sino también cuidar las emociones, las relaciones, la psique, pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, encontrar momentos de sosiego, etc.

Alimentos para un sistema inmune fuerte

  • Alimentos frescos, de la región y de temporada y a ser posible de origen ecológico y naturales.
  • Variedad: en frutas y verduras (de todos los colores), cereales y harinas integrales, granos, pseudo-cereales, legumbres, aves, pescados, carnes (con moderación), huevos, frutos secos y semillas, algas, setas (todas ellas puesto que son el principal tesoro culinario para el cuidado del sistema inmunológico).
  • Alimentos probióticos y prebióticos como el yogur natural, kéfir, encurtidos, fermentados y germinados.
  • Alimentos funcionales como la miel natural de abejas o el té verde. La leche fresca de origen biológico si no se tiene intolerancia ni alergia a ella también es un alimento a incluir. El polen, la jalea real fresca y los súperalimentos.

Cocinar nuestra propia comida con cuidado, alegría. Puedes visitar La Cocina Ortomolecular donde encontrarás todo tipo de información útil al respecto.


Lo que debemos excluir de la dieta

Alimentos refinados, procesados, industrializados. Alimentos que no fueran de la región, temporada ni frescos.

Alimentos que nos causaran alergias e intolerancias alimentarias, por ejemplo libres de gluten o lactosa si fuera necesario (nunca por moda o tendencia).

Alcohol en exceso y también la toma indiscriminada de fármacos sin prescripción médica (por ejemplo la toma de antibióticos por qué sí cuando no son realmente necesarios, es el caso de muchas afecciones víricas donde se toman sabiendo perfectamente que no actúan frente a los virus, sino ante las bacterias).

De sobras es sabido que esto se carga toda la flora intestinal, lugar donde reside nuestro principal porcentaje de barrera de defensa del sistema inmune (80%),

Mucha gente se niega además a tomar probióticos cuando se le administran antibióticos, lo cual es un grave error, pues a la vez que se acaba con una bacteria se acaba también con la barrera de defensa del sistema inmunológico.

También se deben evitar  o no abusar de los alimentos que puedan generar cualquier tipo de degeneración celular: barbacoas, ahumados y quemados (todos ellos generadores de nitrosaminas, altamente cancerígenas).


Nutrientes que refuerzan las defensas

  • Vitaminas B, C, E, A y D.
  • Zinc, selenio, azufre, hierro, cobre, manganeso
  • Todos los productos de la colmena: jalea real, polen, miel, propóleo.
  • Todas las setas y hongos: reishi, shiitake, maitake, champiñón, boletus, cordiceps, etc.
  • Fitoterapia: equinácea, aloe vera, té verde y blanco, hesperidina, quercitina, carotenoides, rutina, flavonoides, bromelaína, escaramujo (utilizados principalmente para el tratamiento natural de las alergias/prevención de crisis agudas).
  • Algas: especialmente la chlorella y espirulina.
  • Probióticos de excelente calidad y en altas dosis (existen muchos tipos de cepas, algunas muy específicas que actúan más en unos campos que otros, pero en general todo probiótico es alimento para el sistema inmunológico).
  • Calostro, factor de transferencia, lactoferrina, serratiopeptidasa o serrapeptasa (enzima proteolítica, es un potente antiinflamatorio natural que tiene importantes efectos en algunas enfermedades autoinmunes), arabinogalactanos (fibra soluble que estimula el crecimiento de bacterias probióticas en el colon).
  • Antioxidantes (para hacer frente a los radicales libres) se encuentran en abundancia en el reino vegetal (frutas y verduras).

La mayoría de estos nutrientes se pueden encontrar en los alimentos, algunos otros como los factores de transferencia o el calostro no y deben ser administrados mediante suplementos. Se utilizan tanto para prevenir crisis de alergias, por ejemplo en primavera las típicas rinitis.

Lo ideal es empezar el tratamiento poco antes de la primavera para que los efectos sean más notables. Otra forma en la que se pueden tomar suplementos reforzadores y estimuladores del sistema inmune es en estados especiales: por ejemplo después de una quimio o radio terapia, tras una intervención quirúrgica, antes o durante el invierno.

Durante un estado gripal o resfriado común. Cuando se tienen enfermedades que deprimen el sistema inmunológico o en las declaradamente autoinmunes.

La toma de estos suplementos debería estar supervisada bajo estricto control profesional y en ciertas circunstancias ser consultado con su médico especialista.

Si lo que queremos es reforzar el sistema inmune para prevenir (estando sanos, sin tener ninguna enfermedad que afecte nuestro sistema inmunológico), podemos tomarlo algún tiempo sin problema.

Pero si los tomamos por alguna enfermedad autoinmune concreta será necesaria la supervisión de un profesional.

También te dejo este otro enlace sobre las propiedades de los alimentos por su color (fitonutrientes) una guía para saber qué alimentos puedes aumentar en tus platos para fortalecer tu salud.


Estilo de vida

Hábitos de vida saludable que nos ayudan a reforzar el sistema inmune

La práctica de yoga, que activan genes vinculados a una mejor respuesta inmune y reduce la inflamación y la oxidación celular.

Reforzar la inmunidad- Bionutrición Ortomolecular

El humor: un minuto de rabia debilita nuestro sistema inmune durante 5 horas, pero un minuto de risas lo activa durante 24 horas.

La meditación también ha demostrado con numerosos estudios científicos como es capaz de influir en la respuesta inmunológica.

Tomar el sol a las horas recomendadas sin protección para producir mayor cantidad de vitamina D. Se sabe que esta vitamina tiene importantes implicaciones en el mantenimiento de un sistema inmune sano.

La música es otra potente herramienta para aumentar la eficacia de nuestro sistema inmunológico.

Reforza la inmunidad- Bionutrición Ortomolecular

Tomarnos la vida con calma, alegría y buen humor tiene en nuestro sistema inmune una influencia tan grande como para reforzarlo lo suficiente.

Bionutrición Ortomolecular

Descansar es de vital importancia y aprender a gestionar el estrés.


Aquí te dejo mi testimonio acerca de como la nutrición ortomolecular me ha ayudado a llevar mejor mis alergias respiratorias sobre todo, en primavera.

bionutricion

Paula Pencef Pérez, autora de La dieta de la bionutrición celular y Los aditivos y otros venenos, ¿necesarios? de Mandala Ediciones. Nutricionista y redactora experta en temas de nutrición y cocina saludable, creadora de los blogs Bionutrición Ortomolecular y La Cocina Ortomolecular.

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