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El terreno C y sus características

En nutrición biológica, con frecuencia trabajamos sobre los terrenos. Para saber qué son exactamente los 7 terrenos chanbio de la nutrición ortomolecular, te aconsejo que leas este artículo donde te lo explico en detalle.

En este post concretamente vamos a ver en profundidad qué es el terreno C o carenciado en ácidos grasos poliinsaturados y cómo distinguir las características y síntomas que se presentan cuando está desequilibrado así como su relación con el resto de los terrenos.


¿Qué es un AGPI?

Los ácidos grasos están constituidos por varios tipos de lípidos. Se pueden distinguir dos grupos importantes según sus dobles enlaces entre los átomos de carbono de los que están constituidos: ácidos grasos saturados y ácidos grasos poliinsaturados.

Los ácidos grasos saturados son sólidos a temperatura ambiente y son no esenciales porque el organismo puede sintetizarlos. En este grupo encontramos el ácido palmítico como el mayormente sintetizado por el organismo y el más abundante en la dieta convencional. Este tipo de ácidos no se consideran de los más saludables (palmítico, mirístico) puesto que en exceso son aterógenos (1), no obstante algunos estudios apuntan a que estos tipos de ácidos tienen algunas propiedades beneficiosas para la salud.

Los ácidos grasos insaturados son líquidos a temperatura ambiente y existen dos tipos: ácidos grasos monoinsaturados (omega 9) sintetizados por el organismo y obtenidos a través de la alimentación. Se denominan monoinsaturados porque en su cadena de carbono contiene solo un enlace doble y por tanto se oxidan con menor facilidad que los poliinsaturados.

Al tratarse de ácidos que son estables al calor, preferentemente podemos utilizarlos para la cocción, por ejemplo para saltear los alimentos. El ácido oleico lo encontramos en el aceite de oliva con sus conocidas propiedades protectoras de la salud cardiovascular.

Los ácidos grasos poliinsaturados (omega 3 y omega 6) contienen varios dobles enlaces y se degradan fácilmente por oxidación y por el calor.


Clasificación de los ácidos grasos

Por su estructura molecular algunos ácidos se consideran esenciales (nuestro organismo no puede fabricarlos y debemos aportarlos a través de la alimentación y suplementos) y los no esenciales, los que sí podemos obtener en cantidades suficientes a través de los alimentos y sus precursores.

Entre los esenciales destacan el ácido linoleico (LA) (omega 6) y el alfa-linolénico (ALA) (omega 3). De los no esenciales el ácido eicosapentaenoico (EPA, omega 3), ácido docosahexaenoico (DHA, omega 3) y el ácido araquidónico (AA, omega 6).

Los omegas 6 son los que se aportan en mayor porcentaje con la alimentación, pero no pasa lo mismo con el aporte de omega 3 que casi siempre está por debajo de lo necesario y recomendado.

Los trastornos relacionados con la carencia crónica de ácidos grasos poliinsaturados de este terreno, podemos encontrarlos en:

  • Sistema inmunitario débil o bajada de defensas
  • Trastornos ORL de repetición (otitis, sinusitis, garganta)
  • Asma y alergias de todo tipo (rinitis)
  • Eccemas, acné, picores, sequedad, pérdida de elasticidad, dermatitis
  • Sistema hormonal: síndrome premenstrual, trastornos de la menopausia, problemas de fertilidad
  • Sistema cardiovascular: hipercolesterolemia, hipertensión
  • Inflamación crónica: molestias osteoarticulares
  • Sistema nervioso: problemas de memoria, estrés, falta de concentración

Importante: si tienes al menos 3 de los síntomas o trastornos mencionados, deberías revisar tu dieta, tu estilo de vida y plantearte equilibrar este terreno.

¿Cómo saber si estamos carenciados en el terreno AGPI?

En primer lugar por el tipo de alimentación que tengamos y en segundo lugar por el estilo de vida que llevemos y/o patologías que tengamos:

Dieta:

  • Platos preparados, industrializados
  • Si consumimos demasiada carne roja, patés, salchichas, frituras
  • Aceites refinados y de baja calidad
  • Lácteos, margarina
  • Bollería y exceso de refinados

Estilo de vida:

  • Estrés crónico
  • Alimentación descuidada
  • Enfermedades que tengamos

Patologías y otros factores:

  • Déficits de vitaminas, minerales, enzimas (si estamos por debajo de lo “óptimo” no pueden ayudar a la síntesis de ácidos grasos)
  • TDAH/TEA
  • Problemas de la piel (sequedad, eccema, piel atópica, acné, etc.)
  • EM (Esclerosis múltiple)
  • Trastornos psiquiátricos y neurológicos (depresión, ansiedad, déficits de neurotransmisores, etc.)
  • Problemas intestinales: celiaquismo, intestino permeable, Crohn, etc.
  • Alergias (sistema inmunitario)
  • Enfermedades inflamatorias, osteoarticulares, fibromialgia, etc.
  • Enfermedades cardiovasculares (mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio) y trastornos circulatorios
  • Síndrome metabólico (hipertensión, sobrepeso, trastornos cardiovasculares, diabetes, colesterol y triglicéridos elevados)
  • Síndrome de fatiga crónica (por su papel fundamental en la producción de energía mitocondrial)
  • Sistema hormonal (menopausia, hiperestrogenismo, SPM, fertilidad)
  • Sistema nervioso: estrés, memoria, concentración, agotamiento físico y mental, insomnio

Algunos factores son esenciales para la correcta síntesis de los omegas 3, por ejemplo una buena salud intestinal (microbiota), aporte óptimo de cofactores (enzimas, vitaminas y minerales), control del estrés, y una dieta rica en ácidos grasos esenciales.


Cómo incluir suficiente cantidad de omega 3 en la dieta

Las medidas nutricionales para mejorar nuestro equilibro de omegas, consiste en:

  • Elegir aceites de alta calidad de primera presión en frío.
  • Llevar una dieta mediterránea que es rica en estos ácidos: frutos secos, legumbres, algas, pescado azul, aceites vegetales de primera presión en frío, frutas y verduras frescas, semillas.
  • Renunciar a la comida industrializada (o disminuir considerablemente su consumo): frituras, carne de vacuno, charcutería, lácteos (quesos, mantequilla, etc.) y repostería (sobre todo refinada y llena de azúcar, grasas trans y aceites de baja calidad).
  • Tomar suplementos de omega 3 de alta calidad, asegurándonos de su procedencia, forma de obtención y cantidad de DHA que aporta por toma. Si es necesario se deberá incluir también suplementos de vitaminas y minerales.

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Interacciones con el resto de los terrenos chanbio

Cuando el terreno C o carenciado en ácidos grasos está en desequilibrio su interacción con los otros terrenos es inevitable. Entre los síntomas y trastornos que se pueden acumular de esta relación distinguimos:

Con el terreno H (hipoglucémico): interacciona favoreciendo el exceso de peso (sobrepeso, obesidad) presentando exceso de triglicéridos e hipoglucemia reactiva.

Con el terreno A (ácido desmineralizado): las carencias de minerales y oligoelementos como el zinc y magnesio tienen relación directa con el correcto funcionamiento de las desaturasas (enzimas que ayudan a la síntesis de los AGPI). Si no hay suficientes de estos nutrientes, los ácidos grasos esenciales no pueden sintetizarse adecuadamente y por tanto se generarán déficits de éstos.

Con el terreno N (neurodistónico): afectando principalmente a la capacidad cognitiva y a la producción y liberación de neurotransmisores y a la respuesta frente al estrés agudo o crónico.

Con el terreno B (basocolítico): es en el intestino donde se absorben los ácidos grasos esenciales, por esta razón la relación entre una microbiota saludable y el adecuado aporte de estos ácidos es fundamental para su correcta síntesis.

Con el terreno I (intoxicado): algunas toxinas se acumulan en el tejido adiposo, las dietas de pérdida de peso liberan toxinas en gran cantidad, una deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados a menudo no ayuda a perder los kilos demás e incluso favorece el exceso de peso. Cuando se está realizando una dieta de pérdida de peso, se debe obligatoriamente tratar el terreno C.

Con el terreno O (oxidado): los AGPI son el blanco preferido de los radicales libres, induciendo a un envejecimiento prematuro y a la oxidación de proteínas o ADN. Estos procesos son los que se presentan por ejemplo en el desarrollo del cáncer, la aterosclerosis, enfermedades intestinales crónicas y neurodegenerativas. El tratamiento de un terreno altamente oxidado es fundamental antes del tratamiento del terreno C.


Cómo te puede ayudar el Test Bionutricional Iomet en el terreno C

A través de un cuestionario muy especializado y del análisis de tu estilo de vida, patologías y hábitos alimentarios podremos determinar con una precisión del 100% cuál o cuáles son los terrenos que presentan deficiencias o excesos y que pueden ser la causa principal de todos esos malestares que llevas acumulando  desde hace tiempo sin respuestas claras. 

Hay ocasiones en donde encontramos que tenemos más de un terreno en desequilibrio, ya sea por déficits o por excesos.

En cualquiera de estos casos se debe intervenir con un plan dietético adaptado y un tratamiento con la suplementación más adecuada a cada síntoma y terreno. El tratamiento de los terrenos es de 3 meses, aunque los beneficios siempre comienzan a estar presentes desde la primera semana.

Siendo las mejoras notables en prácticamente todo el organismo y traduciéndose en un aumento del bienestar general y por tanto en una mejora de nuestra de salud.

Uno de los beneficios más destacables de tratar los terrenos en desequilibrio es el de prevenir el desarrollo de futuras enfermedades, puesto que con el tratamiento adecuado devolvemos el equilibrio a nuestro organismo desordenado y alterado.


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Referencias

(1) Aterogénico. Conjunto de alteraciones que permiten la aparición en la pared de las arterias de un depósito de lípidos, que finalmente se transformará en una placa de calcificación y facilitará la pérdida de elasticidad arterial y otros trastornos vasculares.

Bibliografía

bionutricion

Paula Pencef Pérez, autora de La dieta de la bionutrición celular y Los aditivos y otros venenos, ¿necesarios? de Mandala Ediciones. Nutricionista y redactora experta en temas de nutrición y cocina saludable, creadora de los blogs Bionutrición Ortomolecular y La Cocina Ortomolecular.

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